Tesis: Entrevista a Eduardo Galeano
Transcrita-
Si yo pensara solamente y reflexionara solamente, sería un
monstruo de esos que yo trato de tener bien lejitos, bien lejitos, porque la
razón cuando vive sola, como supo Goya, quien era un monstruo. O sea, que soy
un sentipensante, yo soy alguien que intenta atar la emoción y la razón, volver
a unir la razón y el corazón. Y entonces no me considero un analista ni alguien
que reflexiona o que analiza, yo cuento, cuento historias, que son
historias a veces muy chiquitas, historias de la vida cotidiana, donde siento
que de algún modo late el pulso del universo. Pero esas historias son críticas
pero también celebrantes.
Recuperar el arcoíris terrestre
Lo que más me fascina de la condición humana es su diversidad, y
yo escribo para tratar de recuperarla. En todo lo que he escrito hay una
tentativa de recuperación de los colores del arcoíris terrestre. Yo creo que el
arcoíris terrestre tiene muchos más fulgores y colores que el arcoíris celeste,
pero estamos ciegos, no lo vemos. Hemos sido mutilados, el arcoíris terrestre
ha sido mutilado. En el fondo, pecan de arrogancia, de pedantería hueca los que
emiten juicios sobre América Latina con esa facilidad, que a mí me irrita mucho,
me indigna a veces. Y es que esa realidad de realidades que se está viviendo en
general ahora en casi todos, en buena parte de los países latinoamericanos es un
periodo que yo pienso que es fecundo, que es una buena época de resurrección,
algo así como un renacimiento de nuestras tierras, que empiezan por fin a verse
al espejo sin escupirlo, sin auto-despreciarse, y sin aceptar la peor de las
herencias coloniales como si fuera un destino: que es esa suerte de cultura de
la impotencia que nos hace creer que no somos capaces de cambiar nada, ni de
cambiarnos, que estamos condenados a repetir la historia, pero que no podemos
hacerla. Y esto tiene que ver con, pues con una especie de refundación de países
como, por ponerte un ejemplo, Bolivia, que se redescubre como un país de
mayoría indígena, y que por fin tiene un indígena de presidente, o cuando Chile
tiene una presidenta mujer, que fue Michelle Bachelet. Son grandes saltos históricos
que se han dado, y que anuncian otros saltos más hondos, más largos y más
duraderos.
Un Mundo Al Revés
El poeta Antonio Machado, en verso inolvidable, dijo que,
cualquier necio confunde valor y precio, y esto es un sistema en donde todos
tenemos un precio, una cotización, y de ahí se define nuestro valor. O sea, es
un sistema que miente, porque el valor no se mide por el precio. Las cosas más
valiosas suelen ser gratuitas, como el aire. Pero resulta que el sistema ha
logrado que el aire puro sea un privilegio de los que pueden pagarlo. Entonces
hay como un sistema que funciona patas arriba, que no prioriza lo que de veras
vale, y que además nos entrena para el egoísmo y nos prohíbe la solidaridad, de
tal modo que nos cuesta mucho ver al prójimo, al otro, a la otra, como una
promesa, y estamos casi que obligados a ver al otro a, la otra, al prójimo, al
vecino, como una amenaza. Mucho cuidado! Mucho cuidado con el terrorismo, con
las pestes. Cuando no es la porcina, es la…, cuando no es la culpa de boca
verde…si es de los pobres chanchitos, ser’s de las gallinas o de las vacas
locas, o...Siempre estamos depositando la responsabilidad afuera, así que todo
el reino animal nos sirve a la hora de fabricar el miedo y el terrorismo, que
el sistema fabrica... Por ejemplo, la guerra de Iraq que ha sido una fábrica de
terroristas. Termina siendo el pretexto para que la industria militar prospere,
y el mundo termina estando organizado para la muerte y no para la vida. La
mayor parte de los recursos se destinan para la muerte, o sea, la industria militar,
que se come una cantidad inmensa de recursos, de energía, de tiempo. Es un
mundo que vive en guerra perpetua, por una razón muy simple. Y es que los que
custodian la paz son los cinco países principales productores de armas. Esos
son los que velan por la paz, pero resulta que son también los que hacen el
negocio de la guerra. Si estará patas arriba el mundo, no, digo yo.
Silencio y abrazos
Yo soy eso, un enamorado de la vida. Mientras la vida dure, será
infinita para mí, y continuará en otros y en más. Bueno, pues esa vida contiene
soles y sombras, horrores y maravillas, inviernos y veranos. Y hay que
recibirla como es, así de contradictoria, y Celebrarla en su plenitud con todo
lo malo y lo bueno que tiene adentro. Yo me acuerdo, en mis años mozos, leí una
autobiografía de Chaplin, Charlie Chaplin, donde él dice que el silencio es el
oro de los pobres. Es una linda frase, pero no es verdad, el silencio es el oro
de los ricos. El silencio hay que comprarlo, para poder disfrutar del silencio.
Los pobres están condenados al ruido incesante, al barrullo pastoso, sobre todo
en las grandes ciudades modernas.
El hambre, no es sólo hambre de pan. Cuidado con confundirse,
también hay mucha hambre de abrazos. Y esto es un mundo hambriento. El que no
tiene hambre de pan, tiene hambre de abrazos o hambre de los dos, de pan y de
abrazos. Y no seremos plenamente humanos, ni seremos de veras democráticos mientras
no seamos capaces de construir un mundo sin hambre de pan ni de abrazos.